El juego de golosa, rayuela, la “bebeleche”, luche
Es un juego de calle o escolar conocido en España como infernáculo, en países de Colombia como golosa corosa, Argentina como Rayuela, en otros como gran tejo, peña, cajón, caracol, etc. Se la juega en Chile con el nombre de luche o mariola, en México con el de tejo pijije, en Santo Domingo con el de trucamelo, tejo, luche, gambeta, tilín tuncuna. Este juego adquiere muchas veces el nombre en relación con los esquemas que se dibujan, y entonces se habla de jugar a la mariola, alemana, a la chilena, al caracol, al nuevo mundo, a la olla porotera, al avión, al cajón, a la pelota, a la casineta; al volantín, al cuadrado, al pan.
Este juego, era conocido entre los griegos y egipcios. Los griegos lo llamaban delton que es la cuarta letra de su alfabeto y ascolias; los romanos juego del odre. La investigadora María Cadilla de Martínez considera que este juego está emparentado con el llamado juego romano del odre, pues se jugaba con otros odres llenos de aceite que se ponían sobre el suelo y los muchachos saltaban sobre ellos en un solo pie. Más tarde, según la autora, los odres fueron sustituidos por rayas trazadas sobre el suelo.
Otros autores consideran que la golosa tiene su origen dentro de las culturas indígenas de antes de la llegada de los españoles y se usa especialmente para hacer conciencia de la necesidad del proceso para conseguir las metas. Su secuencia ascendente teniendo como premio el infierno y el cielo dejan ver su profundo significado simbólico. Era jugado por las jóvenes indias que estaban pasando a la madurez y por eso posiblemente tiene tanta aceptación entre las niñas. Su practica reiterada fortalece el principio del esfuerzo y el destino personal..
La manera de jugarse es la siguiente: en el piso se dibuja con una tiza un diagrama de rectángulos y en la parte superior un semicírculo. Se numeran cada uno de los recuadros. Los participantes, poseen piedras o semillas que arrojan cada vez que toca jugar. El primer jugador lanza la piedra hacia el recuadro número uno. Después salta en un pie, brincando dentro de él, saca la piedra pateándolo recogiéndolo. Luego sale de la misma forma en que entró. Lo mismo va haciendo con los siguientes recuadros, en forma progresiva.